El Pasado 20 de Agosto asistí a la inauguración de la restauración del aeródromo de La Sénia. Bueno, en realidad la restauración ha consistido en la rehabilitación de la caseta de mando y los refugios. Que no venga nadie a aterrizar un 109 ó un Mosca porque se comerá unos cuantos olivos. Alguien debió volver a plantar los 9000 que arrancaron para hacer el aeródromo ;-)
Tan solo hay que ver unas fotografía del estado en el que se encontraba la sala de mando para entender el esfuerzo de conservación del Patronato de La Sénia.
Antes.
Después.
Gracias a las indicaciones de un policía municipal, y a que los coches aparcados llegaban hasta la Ctra. de Ulldecona encontré el campo de vuelo sin dificultad. Su acceso está señalizado pero conviene no ir muy rápido o pasará inadvertido.
La presencia de los miembros de la agrupación FARE y La Línea XYZ amenizaron la jornada con una nota de color. Incluso llevaban una sirena de alarma de accionamiento por manivela, que al oírla aullar no pude evitar mirar al cielo buscando una escuadrilla de S.M.79. La verdad es que toda su indumentaria está cuidada al más mínimo detalle.
Una toma en Sepia...
Una en color.
Si bien los alemanes no estaban representados, en el interior del pequeño museo si está debidamente reflejada la presencia del Legión Condor en el aeródromo. Al parecer existe gran cantidad de material fotográfico tomado por sus miembros. Para ellos la G.C. no solo fue un banco de pruebas de su material bélico, para muchos de ellos era una variante macabra del turismo de aventura.
Lo primero que llamó mi atención nada más entrar al museo fueron los uniformes tanto de los miembros de la Legión Condor como de la aviación republicana.
Al acercarme a la cazadora de cuero pude comprobar que se trataba de una G-1 de la Navy "tuneada", pero la verdad es que lucía fantástica. Los "Gussets" bajo las mangas y los "Action pleats" de la espalda la delataban.
El uniforme blanco y la gorra de plato de teniente republicano,impecable.
Se podían contemplar restos de un Bf-109E, costillas, tren, cigüeñal entre otros... El motor de un Ju 52 y piezas de algún Katiuska, ¡con restos de pintura!.
El panel de mandos de un BF-109 haría las delicias de cualquier aficionado a los simuladores, así como algún video de un conocido simulador.
El museo estaba abarrotado, de haber sabido que el CIARGA estaba cerrado, el domingo me habría quedado para la visita guiada. Había una sala de proyección con un documental que me habría gustado ver con tranquilidad.
A mi me gustó especialmente la vitrina con material cedido por el piloto José Falcó, Las reglas de cálculo, las gafas, una maqueta de su chato y especialmente el gorro de cuero. Le hice muchas fotografías con la intención de reproducirlo. Estaba perplejo por la posición de las orejeras y las trabillas de las gafas. La observación de los detalles de construcción no me dejó ver lo obvio. ¡Estaba al revés!. Para entendernos, la parte del gorro que corresponde al cuello está en la cara del maniquí y viceversa.
La visita al refugio fue de lo más refrescante, en el exterior estaríamos a unos 36/38 grados y en el interior no habría más de 20.
Jose Ramón Bellaubí tras una breve charla nos invitó a visitar su mosca escala 1:1. Los detalles constructivos son excelentes. Me imagino que este señor si en lugar de vivir en La Senia lo hiciera en la Gran Bretaña y con varios cientos de miles de libras, ahora tendríamos 2 moscas en vuelo.
Cuatro cuadernas fijadas con sargentos, estos planos y las fotografías sobre la mesa de Jose Ramón... ¿Alguien tiene en mente hacer un Katiuska?.
Por cierto, las maquetas hechas con recortables me hicieron retomar el gusanillo de un proyecto que tengo pendiente... pero esto irá al blog de micromodelismo.
El Sr. Francesc Pararols accedió amablemente a posar conmigo frente al mosca. ¿Qué más se puede pedir?. Pues yo me he pedido el libro de Francesc: Un català a l'exercit Roig.
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